lunes, 26 de agosto de 2013

Terapia no Directiva

Introducción
 
A continuación se presenta información importante sobre la terapia de juego basada en la teoría del libro "Terapia de Juego" por Virginia M. Axline. El juego es el medio natural de autoexpresión que utiliza el niño para expresar sus sentimientos y problemas por medio del juego. La terapia de juego puede ser directiva o  no directiva.
 

Terapia no Directiva

La terapia no directiva se basa en la suposición de que cada individuo lleva dentro de sí mismo, no sólo la habilidad para resolver sus propios problemas de una manera efectiva, sino también el impulso de crecimiento que hace que la conducta madura llegue a ser más satisfactoria que la conducta inmadura.
 
La terapia no directiva da "permisividad" al individuo de ser él mismo, acepta completamente su YO sin evaluación ni presión para que cambie; reconoce y clarifica las actitudes emocionales expresadas reflejando lo que el cliente expresa. Ofrece al individuo la oportunidad de ser él mismo, de aprender a conocerse, de poder trazar su curso de acción abierta y francamente.

Los Ocho Principios  Básicos

Los principios básicos que guían al terapeuta en todos sus contactos terapéuticos no- directivos son muy sencillos, pero de enormes probabilidades cuando son ejecutados con sinceridad, consistencia e inteligencia.
 
Los principios son los siguientes:
  • El terapeuta debe desarrollar una relación interna y amigable con el niño, mediante la cual se establece una armonía lo antes posible. 

  • El terapeuta acepta al niño tal como es.

  • El terapeuta crea un sentimiento de actitud permisiva en la relación, de tal forma que el niño se siente libre para expresar sus sentimientos por completo.


  • El terapeuta observa un gran respeto por la habilidad del niño para solucionar sus problemas, si a éste se le ha brindado la oportunidad para hacerlo. Es responsabilidad del niño decidir y realizar cambios.

  • El terapeuta no intenta dirigir las acciones o conversación del niño en forma alguna. El niño guía el camino: el terapeuta lo sigue. 

  • El terapeuta no pretende apresurar el curso de la terapia. Este es un proceso gradual y, como tal, reconocido por el terapeuta.

  • El terapeuta establece sólo aquellas limitaciones que son necesarias para conservar la terapia en el mundo de la realidad y hacerle patente al niño de su responsabilidad en la relación.